Últimamente he leído varias críticas sobre lenguaje inclusivo y me gustaría comentarlas, especialmente a las que clasificaría en dos tipos: aquellas basadas en el desconocimiento y aquellas que se hacen desde la plena consciencia.
Hace unas semanas escribí un post en el que planteaba mi opinión, podéis recuperarlo aquí: Lenguaje inclusivo: ese gran desconocido
Respecto a las críticas, en el primer bloque están aquellas que afirman que no ven los beneficios y si los inconvenientes, ya que se centran en el desdoblamiento como única estrategia. Estas críticas se suelen acompañar con ejemplos de MAL uso de lenguaje o comunicación inclusiva, en el primer caso se hizo viral un texto de un libro de texto MUY MAL escrito, ya que además de pesado y con errores, NO es inclusivo (lOs nuevOs cristianos y cristianas NO es inclusivo).
Algunas formas correctas podrían ser: “juzgar sospechas de herejía”, “castigar con condenas ejemplarizantes” “comunidad cristiana” “pueblo musulman”, además de desdoblar correctamente en alguna (no todas) las ocasiones.
El otro error es el de confundir lenguaje inclusivo con sociedad no sexista e inclusiva (que tampoco es lo mismo), sobre eso escribí hace unos días este post Sobre la anécdota del «restaurante inclusivo» .
Y luego están los puristas de la RAE, esos señoros que quieren seguir perpetuando sus privilegios por tierra, mar, aire y diccionario y que tienen argumentos variados, hablan de «el masculino inclusivo» (ya no es genérico)», «que miremos el árabe», «hay mujeres que se sienten incluidas» y «que cómo vamos a tocar la lengua por cosas nuestras de no sentirnos representadas». A veces dicen que están para decidir, otras para reflejar y otras pues no sé…..
Señoros que no quieren revisar cómo nombrar a la mitad de la población y que a la vez admiten palabras como culamen o amigovio (este es para mi un ejemplo clarísimo de la ideología de la RAE, ¿que la gente crea una palabra para definir realaciones sexuales esporádicas sin compromiso? pues nada, ya llega la RAE a ponerle su poquito de “decencia” y hablar de noviazgo….)
Vivimos en un momento social en que estamos revisando los privilegios y las injusticias y el lenguaje es uno de esos ejes (no el único), por tanto, creo que toca repensarlo y que una institución machista no puede ser el gran impedimento para ello.
Os animo a que recuperéis este debate en el que bajo el título ¿Las mujeres en el lenguaje: Nos conformamos con la elipsis? María Martín, Mercedes Quilis y Capitolina Díaz moderadas por Remei Castelló reflexionan sobre el tema
Por mi parte, creo que es el momento de explorar fórmulas, ya que estoy convencida que muchas de las que usaremos en el futuro aún ni las imaginamos.
Me encantö lo bonito que lo explicas
Gracias, bonita!