Lenguaje inclusivo: ese gran desconocido

Esta semana quiero hablar sobre el lenguaje inclusivo, ese gran desconocido, ya que muchos se dedican a ridiculizarlo. Es un tema que me preocupa y me ocupa y sobre el que estoy leyendo y formándome. En este primer post sobre el tema reflexionaré a partir de un ejemplo. En posteriores entradas profundizaré sobre algunos aspectos y en recomendaciones. Spoiler: esto NO va de desdoblar TODO ni de vocales.

“Hacer uso de un lenguaje inclusivo consiste en propiciar la emisión de mensajes que no atenten contra la dignidad de mujeres u hombres y fomenten las comunicaciones no discriminatorias y el lenguaje no sexista en cualquier ámbito organizacional» dice Eulalia Lledó

El lenguaje es sexista y androcéntrico , ya que sitúa a la mujer en un plano de inferioridad y desde una mirada del mundo masculina (si tenéis dudas, mirad las definiciones de la RAE de cunnilungus y felación). Por tanto, importa lo que decimos y lo que no decimos, y el lenguaje inclusivo tiene una doble función: nombrar e incluir de forma igualitaria y respetuosa. Así que el lenguaje condiciona el pensamiento, y ¿eso quién lo dice? pues la RAE:

«más de trescientos millones de seres humanos hablan el idioma… y se valen de él como instrumento expresivo y conformador de una misma visión del mundo y de la vida» (preámbulo de la edición de 1992 del Diccionario de la Real Academia Española, p. vii).

Partamos de uno de los temas más comentados (e insisto, esto NO va solo de esto), ¿qué pasa con el masculino genérico? veamos este experimento:

Por tanto, en función de cómo nombremos una situación estaremos generando un escenario u otro. Por ejemplo, ¿cómo podemos dar la bienvenida a un grupo de trabajo? Veamos las distintas opciones y sus implicaciones:

Os doy la bienvenida a todas y todos” quiero hacer visible que en mi audiencia hay mujeres y hombres. Es decir, estamos perpetuando el binarismo y no nombrando (excluyendo) a las personas ni-binarias

“Os doy la bienvenida a todas, todos y todes” quiero hacer visible que en mi audiencia hay mujeres, hombres y personas no binarias, 

Os doy la bienvenida a todas”(frente a una audiencia NO solo de mujeres), estoy usando el femenino genérico como reivindicación, en muchos colectivos se ha optado por ello. también hay quien lo utiliza explicando que alude a personas.

Os doy la bienvenida a todes”, estoy usando una fórmula “no aceptada” porque busco visibilizar la necesidad de una fórmula inclusiva global (nada es fácil, hay voces que consideran que el todes invisibiliza a las mujeres)

“Os doy la bienvenida” «Quiero dar la bienvenida a todo el mundo/ a quienes habéis…» estoy evitando marcar el género (no nombro) para que todo el mundo se sienta incluido. 

“Os doy la bienvenida a todos” obtendréis la aprobación de Pérez-Reverte y estaréis excluyendo a las mujeres y personas no binarias.

Entonces ¿cuál es la mejor fórmula? depende de tu intención y de las consecuencias que quieres que tenga. Hay muchas recomendaciones para usar un lenguaje inclusivo (en próximos posts…), la primera sería combinar las distintas estrategias, quizás yo al principio del discurso usaría fórmulas que nombrasen a todo el mundo, y a lo largo del mismo utilizaría otras inclusivas y volvería a nombrar en momentos clave.

Por tanto, siempre hay una intención y un efecto en base a las palabras y las fórmulas que seleccionemos, se trata de que tengamos claro cuál es la nuestra y actuemos en consecuencia. Frente a frases. cómo «estáis mezclando temas», seamos conscientes que el lenguaje tiene una intención, está en nuestras manos perpetuar la que hay o buscar fórmulas que nos permitan nombrar NUESTRA REALIDAD.

Si queréis conocer más sobre el tema, os recomiendo el libro «Ni por favor ni por favora» de María Martín, imprescindible,

2 comentarios en “Lenguaje inclusivo: ese gran desconocido

  1. David dijo:

    ¡Wow!

    El video que has incluido en el artículo me ha hecho reflexionar sobre el grado de incidencia que tiene el lenguaje desde los primeros años.

    Y la búsqueda de términos que nos representen a todas las personas será dura, pero no cesaremos. Hoy, desayunando y viendo un magazine matinal, se estaba hablando del uso del «todes» por parte de la ministra de Igualdad y me ha dado vergüenza ajena los comentarios de algunas de las personas que debatían sobre el tema. La ignorancia y la falta de empatía se han hecho patentes.

    Gran texto y esperando con ganas, tus próximas entradas referentes al tema.

    • Noemí Blanch dijo:

      Gracias David, yo creo que ahora se trata de hacer ver que el lenguaje (como muchos otros) es una herramienta que se ha usado para perpetuar determinadas estructuras (patriarcales, coloniales, etc…), las instituciones «con poder» oh sorpresa» no le ven el problema y por tanto toca buscar e imaginar fórmulas que rompane estas desigualdades. Yo creo que el debate ya es un avance porque cuestiona el «orden establecido». Seguimos!

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